Si antes no conocías el término “psicomotricidad”, probablemente cada vez que lo escuches de la boca de un experto o cuando mires las cientos de páginas en busca de recetas mágicas, creerás que es algo por encima de tus posibilidades. Creerás que necesitas proveerte de aparatos de gimnasio para poder trabajarla con una persona con demencia. En realidad, hay muchos profesionales perfectamente capacitados para hacerlo y mi aspiración no es, en absoluto, ocupar su puesto. Pero sí que pretendo dar unas pistas de cómo se puede potenciar las habilidades psicomotrices de manera muy sencilla.
¿Por qué no jugar?
Utilizar un globo como elemento lúdico es algo que habitualmente hacemos con los niños. Si tenemos en cuenta que, en cierta manera, la mente de una persona con demencia podría equipararse con la de un niño (insisto en que esto hay que cogerlo con pinzas), ¿por qué no probar?
Es tan fácil como jugar a pasarse el globo. Incluso podemos incorporar un segundo globo. Nosotras jugamos de esta forma: cuento hasta 3 y nos pasamos los dos globos a la vez. Así de sencillo. Os sorprenderá ver lo bien que se lo pasan. Y vosotros también.
Objetivos
- Desarrollar la coordinación y la lateralidad.
- Mantener los reflejos.
- Fomentar la atención.
- Trabajar las habilidades motoras.
- Divertirse.
RECURSOS MATERIALES
Uno o dos globos.
recomendaciones
- Respeta su ritmo. Si llega un momento en que se cansa, no sigas jugando.
- Jugar con un globo es algo apto para toda la familia. Si hay niños de por medio, puede ser una estupenda manera para que tanto los niños como los ancianos jueguen juntos y compartan un rato divertido que, como ya sabrás, no abundan.
- Dicho esto, ¿quién se apunta a jugar con el globito?
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