Uno de nuestros juegos tradicionales al servicio de la psicomotricidad de los mayores y no tan mayores. Una tarde en la que no sabía qué hacer, me acordé de lo mucho que me gustaba jugar a la rana. En serio, me pasaba horas jugando con una rana muy chula, por cierto, ¿dónde estará? Pues bien, esa tarde pensé en buscarla… Aunque me eché atrás porque no me apetecía volverme loca buscando la rana mientas iba encontrando otros cachivaches y ponía todo patas arriba sabiendo que iba a tener que volver a ordenar todo otra vez. No sé cómo lo llamaréis en vuestro pueblo, pero en el mío ese cuarto en el que se almacenan todos los trastos que se escapan a la recogida destructora de una madre en estado de locura limpiadora se llama sabiamente trastero. Así que el solo pensamiento de sumergirme en el trastero y que pasara todo lo que os acabo de comentar me dio otra idea: fabricar nuestra propia rana. De esta manera, programé dos actividades terapéuticas al precio de una y se acabó el no saber qué hacer. Aburrimiento, creatividad, pereza, improvisación… Todos son factores que cuentan en la ecuación terapéutica.
Objetivos
- Desarrollar la motricidad fina (pintar y recortar).
- Potenciar la agudeza visual y la puntería.
- Desarrollar la psicomotricidad.
- Divertirse.
Recursos materiales
- Cartón.
- Témperas y pinceles.
- Tijeras.
Desarrollo
Dibujé la rana que veis en un cartón. Le pedí que cogiera la témpera verde (discriminación de colores) y que la pintara –cuando se utilizan las témperas, suele pasar que hay que recordar una y otra vez lo de mojar el pincel en agua y luego en la témpera, también esto es terapia-. Una vez que la pintó -bastante bien, nunca hay que olvidarse de felicitar por el trabajo bien hecho y por el malo, también-, tuvo que recortarla. La ayudé en aquellas partes más complicadas como la boca. Y ¡ya teníamos rana, cro cro! Recortamos y pintamos unos círculos de cartón, apoyé la rana sobre la pared y ¡a jugar!
Y poco más se podía decir. Solo que apuntara a la boca. Todavía jugamos a la rana de vez en cuando, en función del interés y de las habilidades del día.
recomendaciones
- Os recuerdo que no se trata de una competición por lo que no es necesario que os alejéis mucho de la rana.
- Insistid en el movimiento de brazo.
- Si hay niños rondando, ¿por qué no jugar todos juntos?
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