Se trata de una marca de juegos educativos enfocados a los más pequeños ideados para desarrollar la memoria, la inteligencia y la creatividad. Existe una gran variedad de modelos. Nosotros hemos trabajado con BrainBox De los Pequeñines. Está compuesto por tarjetas con imágenes diversas en cuyo reverso hay seis preguntas sobre la imagen en cuestión.
Objetivos
- Potenciar la memoria a corto plazo.
- Reconocer objetos.
- Favorecer la verbalización de objetos.
- Desarrollar la expresión verbal y escrita.
- Favorecer la autoestima y desarrollar la creatividad.
Recursos materiales
- Un juego BrainBox (de los más sencillos).
- Lápiz, goma y papel.
¿Cómo se juega?
En primer lugar, os cuento las reglas básicas para jugar. El juego viene con un reloj de arena que sirve para medir el tiempo en el que cada jugador deberá observar atentamente la imagen, procurando memorizar los detalles de cada tarjeta. Una vez ha pasado el tiempo, se tira el dado; el número resultante indica qué pregunta se debe hacer, de la serie de preguntas que hay en el reverso.
Al abordarlo desde una perspectiva más terapéutica que educativa, podemos dejar de lado el factor competitivo que resulta más llamativo para los niños. No obstante, si se quiere jugar con niños y la persona con demencia puede seguir las normas del juego, es una excelente manera de compartir un rato de diversión. Por otro lado, podemos adaptarlo de manera que no se trate de un juego. Se puede dejar que la persona observe durante el tiempo que necesite una tarjeta –procurando seleccionar aquellas imágenes que puedan ser significativas para la persona- y, a continuación, podemos optar por hacer las preguntas tal y como vienen en la tarjeta o pedirle que nos explique qué había en la tarjeta.
A medida que la persona va perdiendo memoria, resultará más difícil que recuerde y exprese lo que ha visto sin mirar la tarjeta, por lo que será necesario que lo haga mirando la imagen y que explique los detalles como forma, tamaño y color (en la medida en que se pueda). Si es posible, se puede pedir que escriba los nombres de los objetos más destacados y ya, rizando el rizo, que haga un dibujo.
Recomendaciones
- Lo más importante es no saturar a la persona y dejar que se exprese en la manera que pueda. Si se trata de una demencia semántica, es muy posible que la persona reconozca el objeto pero sea incapaz de recordar el nombre, sin embargo, puede dar una explicación (nunca como lo haría una persona con todas sus capacidades) sobre lo que es el objeto. En este sentido, conviene dar pistas, relacionar los objetos y las situaciones con aspectos cotidianos y significativos para esa persona. Esto supone una ventaja en comparación con la labor desarrollada por profesionales ajenos (siempre complementaria, se entiende). El conocimiento de una persona favorece que podamos dar pistas significativas.
- Si se juega con niños, conviene valorar primero las capacidades cognitivas de cada uno, ya que podemos herir los sentimientos de nuestro familiar si no está a la altura del nivel del niño.
- Si se escriben diversas palabras, puede que sea necesario recordar o escribir primero la palabra para que sirva de modelo.
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