Seguimos a tope con el ejercicio físico. Bien, espero que no hayáis pensado que, con este título, os voy a proponer que saquéis de paseo en bici a vuestro familiar. Nada más lejos de la realidad, es más, yo lo desaconsejaría totalmente. Creo que los motivos son obvios. Incluso también si estáis pensando en utilizar la bicicleta estática (sí, esa que utilizáis para colgar ropa y dejar otros cacharros), olvidaos del tema. El equilibrio es una facultad voluble, no juguéis con él.

Lo que me gustaría recomendaros es este chisme:

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¡Una pedalina! ¡Yuhuuu! Empieza la diversión.

Solo de ver la cara de odio de mi madre cuando ve este cacharro que ocupa bastante espacio, por cierto, me lo empiezo a pasar bien. En ocasiones, no está tan mal ser un poco capulla.

Objetivos
  • Practicar ejercicio.
  • Potenciar el tono muscular, frente a la progresiva rigidez de los músculos.
  • Favorecer el ritmo cardíaco y al sistema cardiovascular.
  • Desarrollar la psicomotricidad y estimular el movimiento.
  • Echaros unas risas viendo su desgana.
recursos materiales
  • Pedalina: podéis encontrarlas en cualquier establecimiento especializado o tienda de deportes y, sí, vale Decathlon (no quiero hacer publicidad y eso…).
  • Paciencia, mucha paciencia. Todo con la ‘p’ de ‘pedalina’.
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Lo más complicado, desde mi punto de vista y salvando el rechazo inicial a realizar la actividad, es sin lugar a dudas poner los pies de mi madre en el pedal. En primer lugar, supongo que resulta evidente que, para utilizar la pedalina, la persona tiene que estar sentada en una silla con respaldo cómodamente. Si la persona puede meter los pies en los pedales (con tira, por favor), que lo haga ella. Si no puede, como es nuestro caso, empieza la lucha agotadora por meter los pies. Cuanta más maña os deis y más rápido lo hagáis, menos os cansaréis. Lo que yo hago es meter primero un pie y luego bajar con mis manos el otro pedal, para meter rápidamente el pie que falta. Parece fácil de hacer, pero os prometo que es una odisea. 

Una vez con los dos pies en los pedales (alineados con la silla y las caderas), solo hay que invitar a que se pedalee.  A veces, me resulta fácil y otras, no tanto. Cuando no hay mucha disposición, muevo yo los pedales y así con el ritmo, podemos dar unas cuantas pedaladas. Pero con un poco, en serio, ya vale. Pensad que con el tiempo, el enfermo tiende a no poder ni querer moverse.

recomendaciones
  • Conviene realizar un pequeño calentamiento. Sentados, se pueden mover las rodillas hacia arriba y hacia abajo, sin forzar. Si la persona no puede hacerlo por sí misma, intentadlo vosotros, yo me siento en el suelo y lo hago desde abajo. Repito, sin forzar.
  • No se trata de eliminar grasas. No hay que forzar ni mantener récords ni nada. Lo que aguante el cuerpo. Si es un minuto, es un minuto. 
  • Después del ejercicio, podéis dar un pequeño masaje de recompensa. Suavemente. Os cuento, en mi fobia paranoica antiúlceras que no se curan, me esforzaba en hidratar la piel de mi madre con cremas (muy grasas) con exhaustivos y contundentes movimientos, vamos como me gustaría que me lo dieran a mí. Sin embargo, una enfermera me comentó una vez que es contraproducente. No conviene que los movimientos del masaje se practiquen con fuerza cuando se tiene tendencia a tener varices, nuestro caso, ya que pueden aparecer úlceras y heridas y, en serio, eso es un problema muy gordo. Cuando el riego sanguíneo no va bien, las heridas son muy difíciles de curar e incluso incurables, con el dolor y la posterior solución traumática que pueden causar.